Marco Deportivo :: Juntarse y gobernar
Será por ahí de enero de 2011.
Todos acudirán a la convocatoria (pocas oportunidades para grillar tan sabroso).
El cabildeo previo pondrá en carrera a los candidatos.
Esa noche, en uno de los salones del legendario centro de convenciones, llegarán perfilados los futuros ocupantes de los cuatro ansiados lugares.
En las cuatro categorías se presentarán todo tipo de personajes: los experimentados, los improvisados, los de trayectoria, los protagónicos, los que tienen verdadera vocación de servicio, los que sólo quieren engrosar el currículum…
Hechas las propuestas, iniciarán las votaciones.
Como cada tres años, lo pactado en la campaña se confirmará con el triunfo de los favoritos.
Los ganadores, entusiasmados, prometerán cumplir lo incumplido por los que se van: “Ahora sí las cosas van a cambiar, nosotros mandamos y la dirección tendrá que consultarnos, reportar, cada tres meses, absolutamente todo lo que planea, decide y ejecuta”.
Abrazos, fotos, jolgorio, elogios, declaraciones: “la Junta de Gobierno del Instituto Municipal del Deporte será representada por gente valiosa, propositiva, que vigilará celosamente todos nuestros movimientos, siempre velando por los intereses de todos”, dirán las autoridades.
Además, agregarán, los sectores delegacional, estudiantil, asociado y popular, ya tienen al defensor que abogará por sus necesidades en las reuniones que se realizarán, sin pretexto ni justificación, cuatro veces por año, una cada tres meses.
Los ganadores de la elección en sus respectivos sectores se sumarán a lo que ya viene incluido en el paquete: alcalde, síndico procurador y tres regidores, es decir, puro “conocedor” en materia de deporte para completar la junta.
Después, el numerito de cada tres años: dirán que la junta es la que avala o rechaza al director propuesto por el alcalde, aunque para ese momento el (la) director (a) ya estará en funciones, así que, pactados los consensos, todo se reducirá a mero trámite.
La nueva administración asumirá funciones y luego los compromisos obligarán a los pretextos y las justificaciones: el alcalde salió de la ciudad, o el síndico no pudo venir, o los regidores tienen tareas por cumplir, o algunos de los representantes de los sectores tuvo salida…
Durante tres años –si nos ajustamos a los antecedentes–, la Junta de Gobierno será una anécdota empolvada por el desuso.
Finalizado ese periodo, empezarán a surgir los nuevos aspirantes, los que prometerán cambiar el deporte de la ciudad como integrantes del órgano rector que, según la tradición, ni se junta ni gobierna.
mdominguez@elvigia.net
md_niebla@hotmail.com