LA COLUMNA
Por Marco Antonio Domínguez Niebla
Deportistas al rescate
Las tendencias confirman sus peores sospechas. Los veinticuatro años parecen ser el límite, el momento temido por ellos: el del final. Las estadísticas también adelantan lo pronosticado para el próximo verano: alternancia. Los que la exigían a finales de los ochenta hoy cruzan los dedos para que se escabulla, para que todo siga igual y el voto les favorezca a ellos y sólo a ellos por ahora y por siempre, para siempre. El aparato a disposición moviéndose con toda su fuerza para seguir seis años más por quinta vez. De 1989 a 2013 no basta. Quieren que también sea de 2013 a 2019 y de 2019 a 2025 y así sucesivamente. El predominio del color y la renovación cada sexenio. Quién mejor que el líder para agitar la arenga, para dictar la línea a seguir y trazar la ruta: alianzas de ser necesario, o mejor dicho, alianzas que son necesarias. Al voltear a ver a los suyos el panorama es desolador: políticos en descrédito, senadores sacados del sarcófago para revivir viejas glorias. El tiempo delator los pinta tan iguales a sus adversarios, los del viejo régimen, los de la dictadura perfecta que al final no lo fue tanto. No parecen suficientes los presupuestos al servicio de la campaña por adelantado, “las grandes obras” entregadas al deporte y a los deportistas, los servicios llevados por “los gobiernos sensibles” que hablan de humanismos y esas cosas raras que se dicen cuando las fechas electorales se avecinan. Tampoco son suficientes los discursos demagógicos que cansan de tan repetitivos en cada inauguración de esas canchas estrenadas por todos lados, nuevecitas con pasto sintético y alumbrado, siempre acompañadas de los letreros que recordarán con letras y números gordos desde donde llegó la obra. La maquinaria está en operación. La campaña en pleno. La ventaja de ser gobierno y tener todo a la mano, hasta a los deportistas. Antes de llamar al secretario encargado de repartir las obras intercambiables por votos dentro del engranaje, el saliente anuncia antes de salir: tres millones de pesos para el gimnasio del gran gimnasta. Aplausos de la grey. Y el montón de flashazos, tres gimnastas, dos karatecas y sus entrenadores. Los más exitosos. Todos bien sonrientes, todos en el paquete para ser ofrecidos como materia electoral junto a los gobernantes deseosos de heredar lo suyo a los suyos. El gobierno del deporte. El gobierno de los deportistas. Lo poco que todavía pueden presumir.