La formalidad de la invitación advierte la importancia, la seriedad del hecho: “Todos con traje y corbata”.
Es la solicitud del líder nacional, el mismo que gobierna desde varias décadas, promotor perenne de la sí reelección.
El tiempo lo ha especializado, experto en la argucia, se las sabe de todas todas.
Ante el descrédito nacional, se las ingenia para hacer los movimientos certeros, precisos, es hábil, limpia la imagen, oculta a sus críticos, los margina.
Se acerca la reunión nacional, momento de pleitesías, de agradecimientos, loas al longevo dirigente surgido de las más selecta casta procreada desde la estructura carcomida del sistema que opera en el país, amo y señor.
La sede es importante, clave: dónde y por qué.
El golpe certero de sus detractores decidió la movida, la siguiente jugada: el gran acontecimiento será allá dónde se organizó aquel torneo, el espurio, el de la disidencia, el que, como dijo su cachorro, fue organizado por los que no existen, los ilegales, los que están fuera de la normatividad, los que lo difaman blasfemando contra la honorabilidad de su envestidura.
Para legitimar el acto, el director más preparado, el más respetado, el de los mejores resultados en el país, el que por capacidad tendría que dirigir el deporte nacional, el ideal, garantía de credibilidad, el que se lleva bien con él y no molesta a su cachorro.
Los temas serán los de siempre: se hablará de normatividad, de la ley, de grandes resultados, de los enemigos, de las vendettas, de los que se fueron y regresaron, del que la hace la paga, de los castigos, las sanciones de por vida, de los infantiles afectados si los grandes no vuelven.
Todos los afiliados, todos, sin falta, de visita en la jurisdicción de su creación, su orgullo, copia al carbón a menor escala, el dirigente que la historia recordará como aquel al que le renunciaron de forma masiva más de una decena de ligas.
Los convocados, tal como lo ordenó su líder, ya sacan el traje y guardan las cachuchas, la ocasión lo amerita, van a ser los actores estelares de la gran puesta en escena, la farsa que se escenificará en el santuario del deporte estatal, el de las tres letras, el inmaculado e inatacable, locación sin igual para esconder la mugre, que es base de esta historia, el sustento del guión.
Mejor imposible.

mdominguez@elvigia.net
md_niebla@hotmail.com





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