Marco Deportivo :: Suerte, mundialistas
Sólo hay lugar para los mejores del mundo.
Para llegar ahí, los dos, desde la infancia, han tenido que sacrificar las prácticas comunes de cualquier niño, de cualquier joven.
Horas y horas de entrenamiento, de repeticiones, hasta cumplir cada paso del proceso: primero ser los mejores del gimnasio, luego ser los mejores del municipio, del estado, del país, del continente…
Uno de ellos, el más joven –dicen los expertos–, tiene el talento natural, nació con él.
El otro, el mayor –aseguran los especialistas–, se ha hecho en base a la tenacidad.
Son diferentes, pero esas diferencias son las que los identifican, las que los distinguen del resto.
En Jalisco, en Nuevo León, también existe potencial, sin embargo, hoy en día, ellos dos son los titulares, los que tienen los alcances para hacer historia.
El más joven, no tiene punto débil.
Reto que le pongan enfrente, lo resuelve bien.
Su techo es tan alto que será hasta 2012 cuando esté cerca de tocarlo.
El mayor, se ha especializado.
La experiencia lo llevó a descubrir la prueba que le ha colocado entre los mejores del mundo.
Por contradictorio que parezca, en el piso alcanza las más grandes alturas.
El más joven, es serio, retraído, no le gustan las entrevistas, se concentra única y exclusivamente en el trabajo; pero, con el tiempo, ha aprendido a manejar las consecuencias que trae consigo el don que posee.
El mayor es todo lo contrario, se siente cómodo en las entrevistas, es desenvuelto, carismático; pero no por eso se desconcentra de su trabajo, de sus metas.
No todo son diferencias entre ellos; también tienen similitudes: nacieron en el mismo gimnasio, con el mismo entrenador, aunque después sus caminos se separaron.
El crecimiento de ambos obligó a ponerlos en manos de entrenadores del más alto nivel.
El más joven es dirigido por un histórico, uno de los técnicos europeos más triunfadores en las tres recientes ediciones de juegos olímpicos.
El mayor es conducido por una escuela diferente, liderada por dos de isleños de leyenda.
El menor tiene 20 años; el mayor tiene 24.
Los dos, tan jóvenes, son los mejores gimnastas de México.
Y los dos, en los próximos días, serán evaluados en el escenario de mayor exigencia.
Ambos están en Rotterdam, Holanda.
Son mundialistas y nacieron en Ensenada.
Suerte Daniel, suerte Santiago…
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