Marco Deportivo :: Los socios del jefe







Casi ni parpadea. Se nota tensa, incómoda.
Responde a todas las preguntas con desgano, incluso, con inseguridad.
En más de dos meses, no ha necesitado decirlo, es obvio que no le gusta declarar, menos si se trata de la prensa.
Pero en esta ocasión no tenía de otra, no había margen para la negativa: la invitación provenía del grupo madrugador afín a su jefe, el presidente municipal.
Nervios disfrazados de altivez. Dice y se contradice. Señala y se retracta. Evade algunas preguntas de los asistentes, sobre todo las que implican riesgos, estadio, patronato.
Urgencia por terminar con el compromiso. Respuestas a medias. Frases hechas. Sí pero no, no pero sí, así es, gracias, lo tomaré en cuenta, todo por los niños, estamos comprometidos con el deporte, la política debe quedar a un lado, estado y municipio juntos a pesar de las diferencias, buenas nuevas, no todo será futbol.
Las explicaciones, vamos llegando, necesitamos más del doble de presupuesto, no nos alcanza, no tenemos recursos, no es culpa nuestra, recibimos lo que nos dejaron, subsidio insuficiente, apenas para la nómina, pero saldremos adelante, confiamos en el alcalde.
Luego, las inevitables comparaciones: tu padre, gran hombre, pilar del deporte de la ciudad, talentoso, entusiasta, amigable, promotor incansable, atento, leyenda viviente, no le falles, no te noto entusiasmada, te juzgaremos ya que veamos tu trabajo.
Despedida y saludos. Aplausos. Y ella “a sus órdenes cuando gusten”. Y la prensa, ante la disposición inédita, “por fin”. Antesala afuera del salón. Ahí viene. A ver si ahora sí. Pero no, tarda en salir, hace tiempo y a final de cuentas el “a sus órdenes cuando gusten” sólo era para los socios de su jefe, no para la prensa.
Nueva negativa. Aquí no. Espérenme. Organizaré una rueda de prensa. Les avisaremos. Estén pendientes. Prometido. Ahí hablaré de todo. Por lo pronto, no. No vengo preparada, tal vez el jueves, tal vez otro día, pero ya falta menos, no pasa de la próxima semana, entonces sí, ya ratificada como directora, toda oídos, dispuesta a contestar sus dudas.
Y así, la funcionaria pública se retira a paso veloz, nuevamente sin atender a los medios de comunicación.
Adiós y disculpen, murmura, mientras corre a una de las tantas zonas incomunicadas del gobierno municipal: su oficina.
La directora necesita más tiempo, al cabo “nomás” tiene dos meses como titular del deporte de la ciudad.

mdominguez@elvigia.net
md_niebla@hotmail.com





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