Por Marco Antonio Domínguez Niebla

Garra y mamonería

Los futurólogos del periodismo ya lo ubicaban en América. Si no viene Mateus, el colombiano, llega el capitán de Peñarol y seleccionado nacional titular en la mundialista selección uruguaya, un chico de 20 años; y si viene, igual, decían: América necesita dos volantes mixtos (término de esos de moda que se instalan de forma pasajera en el ambiente futbolero). Su nombre Nahitan Nández. Al final, sólo llegó Mateus, el colombiano. La cotización del chico charrúa tal vez escapó a las posibilidades económicas de los otrora «Millonetas». Boca Juniors ni dudó en capitalizar la operación infructuosa vía Montevideo-Ciudad de México.

Recién sucedido uno de los fichajes de mayor repercusión en el cono sur, el viernes 15 de septiembre, durante la visita al estadio Caliente de Tijuana, donde precisamente debutó Mateus con América, pude preguntarle al técnico Miguel Herrera sobre el motivo por el que decidieron que el refuerzo fuera Mateus y no Nández, o Mateus y no los dos. Pero las cosas no habían salido como El Piojo quería: los Xolos habían empatado arrebatándole la ventaja a la visita. Y cuando las cosas no salen como el Piojo quiere, se pone mamón, cortante, altanero, frente a cualquier pregunta (todo lo contrario a cuando está de buenas y opina hasta de lo que pasa donde sea y con quien sea).

Miguel Herrera en la sala de prensa del estadio Caliente

-¿Quién? -respondió al escuchar el nombre del charrúa.

-Nahitan Nández, uruguayo, ahora refuerzo de Boca Juniors.

-Voy a hablar de los que están. Ni lo conozco (a Nández) ni he oído de él. No sé de dónde salió eso…

-Trascendió en la prensa (que venía a América). Fue un nombre que manejaron varios medios, incluso de Sudamérica, pero bueno… -agregué, antes de reiterarle la pregunta sobre los argumentos para la contratación de Mateus.

Han pasado una buena cantidad de semanas de aquello.

Entonces América acechaba el liderato, y Nández desempacaba en Boca.

Hoy, América, calificado pero con más dudas que certezas y sin esperanzas de dar alcance al líder Monterrey con una fecha por jugarse, es señalado por la falta de garra de sus jugadores durante la recta final del torneo mexicano.

Y apenas ayer, Naithan Nández, el nombre al que El Piojo le hizo carita de fuchi sólo de escucharlo, ha marcado el gol con el que Boca ganó el clásico argentino contra River.

Las reseñas elogiosas no han tardado en llegar desde Buenos Aires:

«Pinta de ídolo» y «La figura del clásico», publican medios como La Nación.

Olé destacó su «coraje, entrega, despliegue y un golazo de volea entrando como 9. Solidario cuando el equipo quedó con 10, inteligente para jugar pese a la amarilla…».

Y Clarín lo vio «atrevido con la pelota y sacrificado en la marca…».

Cuántas virtudes que no le vendrían nada mal a cualquier técnico, por muy desinformado y exigente que éste sea, o por muy mamón que se ponga.

*El autor es colaborador de AGP Deportes.





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