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Por Fernando Ribeiro Cham

Descobijando

Retomo lo que escribí en diciembre del año pasado en este mismo espacio, la pregunta del millón es de dónde va a recortar la cobija Ana Guevara. ¿Lo hará de un programa que recibe una tercera parte de los ingresos como cultura física? ¿Lo hará de las participaciones que entrega mediante convenios a las entidades federativas? ¿Cancelará el campeonato nacional juvenil? ¿Propondrá al SINADE la supresión de categorías? ¿Se reducirá el subsidio a las federaciones? ¿Concluirán su ciclo las costosas y hasta ahora poco productivas academias?

Ana Gabriela Guevara debe estar bajo mucha presión. Los últimos cinco días han sido asfixiantes para la CONADE y su titular, tan es así que ya tiene frentes abiertos en dos de los tres poderes del Estado mexicano, desde el ejecutivo a través de lo que la auditoría superior de la federación determine indagar y desde el legislativo a través de la comparecencia a la que será objeto en la comisión de deporte.

Lo peor ha sido la estrategia para el manejo de crisis, ya que ante la contundencia de los datos, Guevara prefirió la confrontación con los que en el papel representa. Había tres caminos, uno era el de reconocer que existían irregularidades, “encapsular” el problema y darle trámite ordinario a lo que de forma regular podía ejecutarse. El otro camino era el de cerrar por completo el suministro, sin importar el tamaño o la ubicación de la fuga y el tercero, era el más sensato pero quizás el de mayor complejidad, reconocer que la austeridad republicana, esa política que puede entenderse en distintas áreas mucho más superfluas que el subsidio a un deportista, había impactado y con creces en el deporte nacional.

En el fondo Ana Guevara sabe que el recurso que tiene para este año es el menor en más de una década y que está a unas semanas de su primera evaluación, Lima.

La investigación que apareció en la revista Proceso en relación al sobreprecio de servicios que fueron reembolsados a las federaciones y que además fueron otorgados por personas afines a la titular de la CONADE, es de ser cierta, lapidaria.

La administración que encabeza Ana Gabriela, también ha sido omisa en aspectos básicos como la elaboración del Programa Nacional de Cultura Física y Deporte, documento rector de la política pública en materia deportiva y que a más de seis meses de gobierno y casi un año, si se toma en cuenta el periodo de transición, no ha sido elaborado.

A lo anterior hay que agregarle que los “descobijados” no podrán ver en la CONADE a un aliada ante alguna problemática que se suscite entre ellos y sus federaciones, ya que ahora, en palabras de la titular, los presuntos afectados deben solucionar tales conflictos de forma directa con los presuntos responsables de la afectación. Faltó decir, vayan a la CAAD y que aboguen por ustedes.

De la expectativa a la realidad, definitivamente hay más de 400 metros.

P.d. Busqué y busqué, aun sabiendo con antelación el resultado de dicha búsqueda y no encontré facultad alguna para que un funcionario, sea este del rubro deportivo u otro, pueda intervenir en la vida interna de una asociación, salvo el caso claro está del poder judicial o de los legisladores, estos últimos que modifican el marco normativo que rige el derecho de asociarse. Así que amigo lector, “que no haya ilusos, para que no haya desilusionados”.

*El autor es Licenciado en Actividad Física y Deporte por la UABC. Fue responsable de deporte asociado en el Instituto del Deporte de Baja California. En la actualidad encabeza la coordinación de educación física en el Sistema Educativo Estatal. También preside el consejo directivo del Salón de la Fama del Deporte de Ensenada.







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