Por Fernando Ribeiro Cham

Lo que hay que entender (Ensenada Lobos)

Ingresó a la duela y de inmediato su producción, el rol que le tocaba, se presentó. Triple desde la esquina y después el trabajo en defensa, incluso encarando al centro del equipo de San Luis Río Colorado, quien en la jugada siguiente lo increpó, seguramente ninguneándolo, pero el joven no se intimidó y siguió aportando. Ese adolescente lo vi de la mano de los entrenadores Julián Favela y Esbanyely Garza, allá en el 2014, cuando representó a su primaria en la etapa nacional de los Juegos Deportivos Escolares en Tepic. El chavito que hace cinco años se colgó el bronce en el máximo evento deportivo del nivel primarias, ahora estaba frente a mí, portando la jersey del equipo de baloncesto que logró llenar, como hace muchos años no se había visto, el gimnasio municipal.

Ese es uno de los propósitos de la liga y creo que se cumplió con creces, porque al igual que el “Toro” Velázquez, también pudieron mostrarse jugadores locales, algunos en una etapa ascendente de su carrera, como el botador William Soto y otros como Iván Granados o el “Kevin” Vargas, quienes le aportaron experiencia y seguro estaban satisfechos de jugar frente a familiares y amigos.

Pero hay que ir más allá. Ensenada Lobos se convirtió en más que un reflector para los jugadores locales, fue un buen espectáculo deportivo y eso permitió que a las nueve de la noche estuvieran familias completas reunidas, que quienes bajo otra circunstancia estuvieran en casa descansando o en algún bar, porque lo que no se logra entender es que en Ensenada son escasísimas las opciones de esparcimiento.

El baloncesto logró hacer que muchos pusiéramos en nuestra agenda el encuentro en turno y estoy seguro que incluso muchos que no gustan del deporte, estaban presentes, pues era difícil no emocionarse con una clavada de Early, el triple del “Chupas” o el esfuerzo en defensa de Daniel López o el “Chicharito” Hernández.

Todo proyecto es como navegar y el agua calma no está siempre presente, por eso la inexperiencia de los propietarios y lo aprovechado de otros, resultó en un pésimo convenio de uso de instalaciones. Quién en su sano propósito de apoyar al deporte, pide un 25% de los ingresos por boleto en sección general. Un abuso.

Al gobierno le faltó olfato, pues si hubieran “leído” bien el proyecto, seguramente hubieran aprovechado el ánimo creciente de la afición y la conexión de ésta con el equipo. Hubiera sido tan sencillo un videíto del alcalde diciendo que “el gimnasio no se cierra y se juega hoy”, para haber llenado de “likes” su página, “likes” que parecen dictar en muchas ocasiones las acciones de los funcionarios. Todo lo contrario. Recaudadores que llegaban ansiosos de cumplir con la encomienda, que ni siquiera eran conscientes para esperar a que terminase el partido. Funcionarios que se “camuflajeaban” de aficionados para demandar, delante de los inspectores, las irregularidades que “había” en la taquilla. En fin, las autoridades que muchas veces estaban presentes en las gradas, se encontraban ausentes en el apoyo real al proyecto, al espectáculo deportivo que en alguna medida nos quitó lo rutinario a los ensenadenses.

Vale también el mencionar que hubo sus excepciones, un par de regidores que injustamente fueron abucheados al momento de lanzar el tiro inaugural y que fueron quienes destrabaron los problemas que por falta de “mano izquierda”, ponían en velo al equipo, a la afición, al binomio existente.

Fue una temporada que seguro dejará aprendizaje. No creo y no debe ser, que Ensenada Lobos haya sido un “one hit wonder”. La afición al básquet está presente, viva y ávida de un proyecto con calidad deportiva como el que concluyó hace unos días.

Hago votos para que haya una segunda parte, una tercera, una cuarta y muchas más.

En Ensenada, donde hay muy poco que hacer, urgen iniciativas, proyectos, espectáculos como el que vivimos estos meses en el gimnasio municipal, la Lobera.

*El autor es Licenciado en Actividad Física y Deporte por la UABC. Fue responsable de deporte asociado en el Instituto del Deporte de Baja California. En la actualidad encabeza la coordinación de educación física en el Sistema Educativo Estatal. También preside el consejo directivo del Salón de la Fama del Deporte de Ensenada.





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