Por Fernando Ribeiro Cham

El mar y el cielo

De mi abuela, pero especialmente de mi tío yucateco Ramón Sarlat, aprendí el gusto por los boleros, esas melodías que dicen llegaron provenientes del Caribe, ritmos que nacían de la esclavitud o la opresión y que añoraban al bien amado, al suelo extrañado a las perfidias que lastimaron. “Me tienes, pero de nada te vale. Soy tuyo, porque lo dicta un papel”. Así dice la canción de un extraordinario bolero que particularmente me gusta escuchar en la voz de Antonio Machín y que en alguna medida llegó a mi mente mientras observaba un video en el que intervenía Freddy Lugo, presidente del beisbol federado de Baja California y en el que narraba los múltiples beneficios de estar, de pertenecer, de que el papel dicte que uno es federado.

Qué contraste de imagen con aquella de hace unos años en la que estando presente, aunque dijo primeramente que estaba ausente y después reculó, desde una mesa del boulevard costero y culpando a la espuria e ilegítima música de banda, arremetió contra la elección de Teodoro “Tito” Araiza, quien ganó incluso con una convocatoria dolosamente hecha, situación que logramos solventar, porque ninguna convocatoria está por encima del estatuto y en todo caso debe existir asamblea extraordinaria para modificar lo estatutariamente dispuesto. El punto es que en aquella ocasión también estuvo invitado el presidente y aunque quizá a él como a mí, no nos guste la música que sonaba posterior a la asamblea, su responsabilidad, la que le han encomendado quienes son los verdaderos responsables de su larguísima gestión, los delegados asambleístas, era ir y tomar protesta a quien pese a sus esfuerzos, los de apoyar al candidato contrario, había ganado por la voluntad de los presentes en aquella tarde noche en el Antonio Palacios.

“Cómo han pasado los años, las vueltas que dio la liga”, pudiéramos decir parafraseando la voz de Rocío Durcal y es que del desdén al “estoy aquí y siempre lo estaré mientras me inviten” o del non grato al “bienvenido a su casa míster president”, hay tan solo un pequeño paso. La normatividad es el brebaje más bebido por quien hace de ella un discurso permanente, pero sospecho, quizás por los años ya recorridos precisamente en ese rubro de la normatividad, que el conocimiento en la materia normativa, de quien hace con ella un estandarte visible ante quienes no han leído ni sus documentos interiores, es igual al crecimiento económico que ha registrado nuestro país en este año.

Estos días han sido de una especial tristeza. Cuántos problemas en el deporte de nuestro municipio no nos ahorraríamos si las personas leyeran y es que todo está al alcance de un click, de sentarse y dedicarle 5, 10 minutos a leer. Capítulo fulano de tal, del gobierno de la liga, de la asamblea general de asociados, de la asamblea ordinaria, del procedimiento de votación, de lo que sucede en caso de empate, del cómo fue electo quien ahora preside la asamblea.

Post del ex regidor Cristian Vázquez da a conocer que hay un libromóvil, una especie de vehículo biblioteca que seguro incitará a la lectura. Ojalá llegue a pasar por la calle 9, por Enedina González de Fabián y por el Centro de Gobierno Municipal. Estatutos, reglamentos, ediciones del periódico oficial del estado y un ejemplar de Ética para Amador, seguro podrían encontrarse.

“Permíteme igualarme con el cielo, que a ti te corresponde ser el mar”.





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