RÉPLICA
Por Fernando Ribeiro Cham
Correr bajo protesta
Aun no tengo claro si correré el medio maratón de Ensenada, esa justa que debió hacerse en mayo, con motivo del aniversario del municipio, pero que se ha recorrido hasta agosto y no lo he decidido porque todavía tengo presente lo que pasó la última vez, cuando se cobró, por vez primera, para ayudar en la reparación de la pista del Sullivan, una que ya estaba muy lastimada y que necesitaba del apoyo de todos, al menos eso se decía en la última de las varias administraciones que tuvo el INMUDERE en los tiempos de Novelo.
El cochinero de trabajo que resultó la reparación, fue olvidado con la llegada de la inversión de una empresa trasnacional asentada aquí. Pista nueva, olvidado el tema y eso me pareció tristísimo, porque de 150 pesos en 150 pesos, que costó la inscripción para la edición 2019, se juntaron 272 mil pesos, más de un cuarto de millón de pesos.
De entrada desconozco si el monto de la inscripción, por ser un ingreso de la paramunicipal, fue aprobado por su junta de gobierno, posteriormente por el cabildo y finalmente por el congreso como parte de la ley de ingresos del ayuntamiento, so pena de que ello haya estado fuera del marco legal, pero hay algunos datos que con el cuidado de preservar lo que disponen las normas en materia de datos personales y claro, la presunción de la inocencia, puedo compartirles después de una plática, que agradezco, con personal de sindicatura municipal.
Primero, la obra ejecutada, “reparación y recubrimiento de la pista atlética de la unidad deportiva Juan Abelardo Rodríguez Sullivan”, tuvo un costo de 523 mil 800 pesos, de los cuales más de la mitad fueron aportados por los corredores.
La investigación que inició sindicatura, posterior a una auditoria en donde “se encontraron indicios de irregularidades administrativas”, dio cuenta de una serie de situaciones que en alguna medida, deben ser del conocimiento de la comunidad atlética y aquí los menciono:
– No se cumplió con la medida de 15 milímetros de grosor establecidos como unidad homologada para la reparación de la pista.
– No se encontró concluida la obra, a pesar de que la empresa recibió tres pagos que en conjunto dieron 474 mil pesos, de un total de 523 mil que costaba la “reparación”.
– A menos de un par de meses de haberse “reparado”, sindicatura encontró evidencias de que el caucho instalado se había desprendido.
– No se instaló el recubrimiento al que el proveedor se había comprometido mediante contrato.
– No se pintó con pintura color terracota y no se delinearon los carriles con color blanco que debieron haber dado un total de 2,450 metros.
– Lo más grave, aunque se estableció un tiempo de duración, no se le obligó a la empresa ejecutora a garantizar una fianza mediante una póliza, es decir, que si la obra quedaba mal, no había una garantía.
Sindicatura concluyó en que existían faltas consideradas como graves en la ley de responsabilidades administrativas de los servidores públicos, especialmente por “haber autorizado el pago de trabajos ejecutados con deficiencias constructivas”, lo que se considera, como lo comenté una falta grave de acuerdo al artículo 54 de la ley en mención.
El tema se encuentra ya radicado, es decir, aceptado, en la Sala Especializada en Combate a la Corrupción del Tribunal Estatal de Justicia Administrativa. Lamentablemente, por pandemia o por tortuguismo burocrático, allí sigue sin caminar. Ya habremos de conocer del propio tribunal, el estatus actual del expediente 97/2020/SERA.
Es probable que corra el medio maratón de aquí, aunque me hubiera gustado que el costo fuese más empático con el agravio que vivió la comunidad atlética.
Confío en que la cuota de este año se utilizará de forma correcta y transparente.
Conozco a Víctor, el actual director y sé que es un tipo serio al que le está tocando lidiar con “situaciones complejas”, como él mismo lo ha dicho.
Quizá el próximo año el costo pueda reducirse y no sea este evento, el más costoso de los medios maratones en el estado.
Por lo pronto seguiré meditando el correr, claro, si lo hago, será bajo protesta, en solidaridad con una comunidad que parece no haberse sentido agraviada o que al menos no lo expresa.
Quizá les sobre la prudencia que a mí me falta.