Por Marco Antonio Domínguez Niebla

Inició el arranque de algo que han llamado el Salón de la Fama.

De acuerdo a la intención de origen, el espacio ubicado en el Riviera del Pacífico sería dedicado al deporte, pero se informó que para cumplir con requisitos del escenario tendrá que ampliarse el trámite deportivo con el artístico y el cultural.

Fue el de hoy un acto plagado de funcionarios, deportistas tomados como legitimadores de las acciones gubernamentales, así como empleados del ayuntamiento y chicos de la secundaria Migoni premiados por su asistencia con un sandwich, como antes sucedía con la torta y el frutsi de la época priista.

De los mensajes del alcalde Armando Ayala y el regidor Sergio Ayala poco pude descifrar en torno al futuro del inmueble.

Porque esto es otra cosa de lo que hace más de 20 años buscó el profesor Alfredo Marín Méndez -gran locutor y cronista, impulsor de la idea-: un espacio con autonomía e independencia, sin más intervención del gobierno que la cesión de un local.

Nadie tiene claro, ni los Ayala, el alcalde y el regidor, ni su director del deporte Víctor González, la manera en que serán elegidos los habitantes del recinto, ni cuáles serán los parámetros durante los procesos de entronización, ni cómo operará un escenario que necesitará de administración y mantenimiento.

Se invertirán ahí 2.2 millones de pesos, vía Energía Costa Azul o Sempra, o como se llame esa entidad que a cambio de facilidades para expandirse en el municipio, ha entregado dinero a manos llenas para el lucimiento de la autoridad.

La entrega, de acuerdo a la estimación de los ejecutores, se realizará en tres meses. ¿Y después? Quién sabe.

Al final, parece que ahora sí habrá un lugar donde se reconozcan las trayectorias de los deportistas locales después de desdenes de los diferentes órganos de gobierno y de los tantos alcaldes que han presidido Ensenada -incluso al grado de desalojar, con todo y memorabilia, uno de los intentos afincados en el deportivo Sullivan cuando la administración del priista Marco Antonio Novelo-.

Los cómo, cuándo, por qué, para qué y demás preguntas quedaron pendientes, en el aire. 

Este gobierno está por irse. Y como está por irse, sus titulares pretenden entregar la mayor cantidad de obras en una especie de carrera contrarreloj, como sea que sean y cuanto antes mejor.

Como escéptico vi el destino de los millones que se invertirán y perderán en el paso natural que se siembra en el Deportivo Sullivan y que mantiene limitada la operación de su muy visitada pista atlética, veo este nuevo intento sin pies ni cabeza, por apurar un salón de la fama del deporte, de la cultura y de lo que se le ocurra, antes de irse, a quienes están por irse.