Por Armando Esquivel

Vicente Romo me habló de su primer acercamiento con el béisbol durante una entrevista con motivo de su libro biográfico.
-Mi primera historia de béisbol no es de béisbol- me dijo el “Huevo”.
Tampoco son de béisbol las letras que hoy aquí se escriben.
Al menos intentaré que así sea.

Antes de que el argentino Ricardo Ceratto dedicara “En Baja California, Tijuana te espera” o que el compositor cachanilla Antonio Valdez Herrera mencionara que “De mi coqueta Tijuana traigo perdido un amor”, hubo una galardonada agrupación musical liderada por un trompetista y cantante californiano que le dio brillo a la ciudad y llevó el nombre de Tijuana a nivel internacional.

El jueves durante la transmisión en vivo del programa Beisbol Sin Fronteras se recibió una llamada al aire que encendió algo en mí.
Comentábamos durante la emisión del 1 de febrero acerca del invitado estelar que tendrá Toros de Tijuana para la ceremonia de inauguración programada para el martes 16 de abril en el Estadio Chevron.
Ese día se dio a conocer que Moenia -uno de los máximos exponentes de la escena electrónica de hace un par de décadas- cargará con el tema musical durante la majestuosa y espectacular puesta en marcha de un año más en el Estadio Chevron.
Quienes han estado presentes en este tipo de eventos ya saben a lo que me refiero.
Ese día Toros de Tijuana tira la casa por la ventana en agradecimiento –por adelantado- al respaldo de la afición durante todo el año.
Algo así no se ve por ningún lado en México.
Ni en el futbol.
Y no exagero.
En 2015 fue Nortec Colletive, para el año siguiente estuvo “La Máquina” de Kinky, mientras que para 2017 el escenario cargó con Moderatto.
En 2019 se dio un cambió de género al llegar Bronco con todo y Lupe Esparza, dejando la tarima calientita para que en 2021 se apareciera nada más y nada menos que la aclamada Sonora Santanera y un año más tarde tocó turno a el binomio de Kumbia Kings y Banda El Mexicano, mientras que el más reciente alboroto fue en 2023 con Banda Machos en escena.
Pues bien, le decía yo que en esas andábamos en el programa hablando de ceremonias inaugurales cuando recibimos una llamada en el programa que “me movió el tapete”.

Desde Mexicali se comunicaron para pedir a la directiva de Toros de Tijuana que, ya que tiene la facilidad de llevar artistas a la inauguración, invitara a Herb Alpert al Estadio Chevron.
En segundos vinieron a mi mente los acordes de “El Lobo”, “El Toro Solitario”, “Nunca en Domingo”, “Pavoneándome con María”, “Acapulco 1922”, “Limbo Rock” y las memorables “Spanish Flea” y el “Tijuana Taxi”, mientras prestaba atención a la llamada de mi nuevo mejor amigo “cachanilla”.
Marco Antonio Colio Villalobos dijo llamarse.
De 61 años.
Su intervención fue sin rodeos.
“A propósito del anuncio de Toros de Tijuana en relación a la inauguración con el grupo que anunció la directiva, yo quisiera hacer una propuesta porque hace muchos años existió una banda llamada “Tijuana Brass””, dijo.
No lo dejé continuar.
No pasó un segundo después de que mencionó la palabra “Brass”, cuando lo interrumpí para apoyar de manera decidida la intención que acababa de dejar en el aire.
Es probable que esté usted leyendo y no sepa de qué estoy hablando.
Sobre todo si usted aún no se beneficia de la Pensión del Bienestar.
Para que se dé una idea: En la década de los sesentas sólo Elvis Presley, Frank Sinatra, y los Beatles superaron en Estados Unidos a Herb Alpert & The Tijuana Brass.
Ni más ni menos.
Se dice que la fama del californiano no se emparejaba a aquellos tres principalmente porque su vida y carrera transcurrió alejada de escándalos, tragedias, sucesos violentos o dramáticos.
Con la trompeta fue otra cosa.
Ahí sí que armaba un escándalo musical.

Desde hace varios años pensé en ver de regreso en Tijuana a Herb Alpert.
Quizá no para un concierto, pero sí para un merecido reconocimiento luego de que ya pasaron sesenta años de que, con el nombre de su agrupación y el de varias de sus melodías, paseara a Tijuana y México por todo Estados Unidos y el mundo.
El lugar podría ser el Estadio Chevron.
Y aquí es donde quizá entre el béisbol.
Ya ve que me es imposible escribir sin mencionar al béisbol.
Al menos lo intenté.

¿Por qué me gustaría que se le dedicara un reconocimiento a Herb Alpert?
Mis motivos son parecidos a los de Marco Antonio.
“Mi papá ponía mucho los discos de ellos allá por los años setentas y a mí me sigue gustando mucho esa música”, agregó Colio Villalobos durante la llamada.
Alpert Goldberg nació en Los Ángeles, California.
Tiene 88 años y se mantiene activo.
Junto al Tijuana Brass ganó seis premios Grammy. Quince de sus álbumes reclamaron discos de oro y catorce, discos de platino.
En el auge del Tijuana Brass, algunos de sus videos musicales fueron grabados en la antigua y ya desaparecida Plaza de Toros de Tijuana.
Durante las grabaciones de aquel día, mi papá estuvo sentado en las gradas de madera.

Se lo dije, hoy no se trataba del beisbol.
Ojalá se logre.


La trompeta que canta.
No se necesita más letra.
Ni voz alguna que manche la melodía.
Sólo música
Nada más.
No son los tonos ni los silencios.
Es el puente que se lanza hacía el pasado.
A las profundas raíces de la ciudad.
A esa Tijuana de los sesentas.
De los setentas.
A la coqueta Tijuana.
A esa que siempre espera en Baja California.
La que algunos recuerdan y otros imaginamos.
Esa de la antigua Plaza de Toros.
La de mi papá.
Y del Tijuana Brass.


Que le vaya bien…!!
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