Marco A. Domínguez/EL VIGIA

México, D.F. (Enviado)

Ayer en la asamblea de Codeme, donde fue reconocido el Gobernador del Estado José Guadalupe Osuna Millán por el desarrollo del deporte en Baja California, no faltaron las anécdotas.

Por ejemplo, fue revelado el cambio de profesión del director del Instituto del Deporte y la Cultura Física de Baja California (INDE), Saúl Castro Verdugo: de especialista en organización deportiva a político.

“Bienvenido, colega”, le dijo el director de la Comisión Nacional del Deporte (Conade), Bernardo de la Garza, ex candidato a la presidencia de la república.

Regada

Cuando el diputado federal Francisco Landero reconoció el trabajo de Alonso Lujambio, las damas presentes suspiraron y alzaron el cuello en todo lo alto, buscando al titular de la Secretaria de Educación Pública (SEP), futuro presidenciable.

Sin embargo, por más que buscaron no encontraron al “rompecorazones” de la administración federal en la sala de actos de la Confederación Deportiva Mexicana (Codeme). Y es que no estaba ahí. El legislador Landero, de raíces panistas, se había cuatrapeado. Lo que él quiso decir era: Alonso Pérez González, presidente de Codeme, cuyo rostro permaneció inexpresivo cuando las risas rompieron la solemnidad del evento. Los suspiros de las presentes se ahogaron. Los cuellos femeninos volvieron a su lugar.

“Alonso Pérez González ha sido hoy destapado por Landero”, remató en su discurso el Gobernador José Guadalupe Osuna Millán.

Presumiendo a los amigos

Acompañado de diputados federales, locales y regidores para recoger el Premio Gobernador, José Guadalupe Osuna Millán, durante su discurso, presentó a uno de ellos de manera especial.

Es secretario de pesca, dijo, pero sobre todo es un gran deportista: es el diputado federal, César Mancillas Amador.

Un empleado del lugar volteó hacia la fila donde se encontraba la prensa de Baja California y preguntó:

–¿Cuál de todos es?

–El de la sonrisita orgullosa, respondió un reportero.

–¿El gordito?

–Ándale, ese mero.

Aguanta vara

Los integrantes de la prensa nos hospedamos en el séptimo piso del hotel vecino al Aeropuerto Internacional del Distrito Federal.

Tomamos el elevador para descender al restaurante.

Hora del desayuno.

En el siguiente piso, el sexto, la puerta se abrió y entonces apareció ahí, diferente, sin cachucha, de traje y corbata.

Su gesto no fue de agrado.

Lógico. Las críticas deberán doler.

Pero fue político y saludó de manera amable.

Un tenso silencio acompañó el descenso rumbo al comedor.

Entonces, la solicitud de entrevista y su inmediata disposición para contestar todas las preguntas. Primero tenso, luego se fue soltando. Al final, “gracias muchachos por darle difusión al beisbol, sobre todo al federado”.

La despedida fue en el mismo tono, seguimos en contacto, Freddy.

mdominguez@elvigia.net

md_niebla@hotmail.com





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