MARCO DEPORTIVO :: La historia de Felipe







La grada se une en un solo grito: ¡Vamos Felipe!
Todos, emocionados, voltean hacia la meta establecida en la pista de la unidad deportiva, como impulsándolo a finalizar el trayecto de cien metros.
Felipe avanza metros sobre el desgastado material sintético de la pista, sonríe en su silla de ruedas, motivado, ante el aliento de los asistentes.
Decidido, sigue su camino sin detenerse, hasta lograr uno de los tantos objetivos planteados en sus diez años de vida: cruzar la meta.
La ovación estalla.
Los aplausos, solidarios y sinceros, ambientan la mañana dominical.
Felipe, concluido el reto, parece contener la emoción, pero su rostro se desborda, está satisfecho, jubiloso, tras el desafiante recorrido, coronado por el reconocimiento público.
En la meta lo recibe Olinda.
Madre e hijo se funden en un abrazo, cómplices de un nuevo triunfo, de un nuevo capítulo escrito en equipo, en familia.
En menos de dos años –cuenta Olinda, mientras viste a su hijo–, Felipe ha dado pasos firmes y seguros, en base a esfuerzo, al entrenamiento diario con el profe Gerardo, del club Jaguares.
Todos los días, de cinco y media a seis y media de la tarde, trabaja fuerte, a conciencia, “tanto que ya da pasos con el andador”, dice la mujer que ha forjado a ese joven deportista capaz que, con hechos, descalifica el término “discapacitado”.
La parálisis cerebral, de a poco, se ha convertido en una circunstancia que Felipe supera con solvencia, ganándose la admiración de quienes lo aplauden: “él va en mi escuela, papá”, comenta con emoción una niña de seis años que recién lo vio triunfante en la pista, tal como lo ve llegar a cursar sus estudios en una primaria convencional.
En otros puntos de la unidad, hay varios grupos de deportistas, todos deseosos de demostrar que son tan buenos como cualquiera: unos corren devorando metros en la pista, otros lanzan disco, pelota o jabalina, otros sólo animan después de haber disputado sus jornadas de baloncesto en silla de ruedas o de gol bol en los gimnasios de la ciudad, un día antes.
Todos son deportistas especiales, todos muestran una sonrisa de triunfo similar a la de Felipe de Jesús Gómez García, cuya historia forma parte de uno de los eventos deportivos bautizados con mayor tino: Reto de Valientes, compendio de historias conmovedoras, nacidas del amor sin distingos.

mdominguez@elvigia.net
md_niebla@hotmail.com





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