Daniel Garibay, el único ensenadense en Grandes Ligas, relata su debut hace 20 años


Ensenada, Baja California.- El jueves 9 de abril se cumplieron 20 años del debut del único jugador de Ensenada, Baja California, que ha llegado a Grandes Ligas.
Daniel Garibay era llamado por Don Baylor como relevista cuando los Chicago Cubs jugaban en Cincinnati.
En entrevista con AGP Deportes, el ex lanzador zurdo, originario de la delegación ensenadense de Maneadero, recordó aquel momento como integrante de Cachorros ya cuando era figura del beisbol mexicano con Tigres en el verano y Venados en el invierno.
¿Qué sentiste en ese momento, quién era tu manager y cómo te preparaste hasta llegar a presentarte en Grandes Ligas, en que estadio?
Fue en el estadio de Cincinnati cuando llegó el llamado de Don Baylor, mi manager. Estaba algo nervioso como cualquier jugador que debuta. Sentía temblar las piernas, algo muy bonito.
¿Quién era tu cátcher y cómo te recibieron tus compañeros?
El receptor era Joe Girardi (años después manager campeón con Yankees), tremenda persona y tremendo cátcher. El primer bateador fue Aaron Boone, que me pegó un fly pegado a la barda, fue la bienvenida. Luego siguió otro fly. Pusieron a trabajar a Sammy Sosa y Henry Rodríguez, mis compañeros.
¿Qué organización fue la primera que te firmó?
-Dodgers. La firma se dio en una preparación rumbo a un nacional en Durango, lancé el primer juego contra Jalisco y me miró el Peluche Peña, ponché 17 bateadores y en ese momento le habló a Mike Brito para que me viera.
Y lo de Cachorros, ¿cómo se dio y qué tan maduro te sentías como pelotero?
Llegué en mi mejor momento, a los 27 años, porque antes estuve batallando en Liga Mexicana y en el Pacífico, y fue hasta 1997 y 1998 cuando empecé a despuntar más. Ya en el 2000 tuve una temporada muy buena y Raúl Cano, mi manager en Mazatlán, trabajaba con Cachorros y fue pieza fundamental para llegar a Chicago. Les gustó cómo estaba lanzando y al siguiente día firmé.
¿Cómo quedaste con la experiencia en única temporada con Cachorros?
Fueron 36 juegos, ocho de abridor y los demás en relevo. Abrí después del Juego de Estrellas después de iniciar algunos partidos en Triple A, el primero contra Colorado en Chicago. Más adelante se presentó una lesión por el trabajo en Grandes Ligas, no estaba acostumbrado a trabajar tanto. En México sabía cómo prepararme y allá todo fue diferente, tanto que forcé mi brazo y entonces me lastimé casi a final de temporada. Los últimos dos juegos ya tenía molestias.
¿En qué organizaciones del beisbol mexicano, Liga Mexicana y Liga del Pacífico, tuviste tus pasajes más importantes?
En Tigres siempre hice toda mi carrera (en el verano) de 1993 a 1999, y en Mazatlán estuve (en el invierno) en 1993 y 1994 y regresé de 1997 a 2000 cuando tuve mis mejores temporadas.
¿A qué atribuyes que no haya llegado otro beisbolista de Ensenada a Grandes Ligas?
En Ensenada hay talento, pero lo que creo es que no habido suerte. No nada más es el talento lo que necesitas. Si llegas a un equipo que está en un mal momento, puedes subir. Pero si llegas a una organización buena, en los primeros lugares, se batalla más, en espera de que haya alguna baja. Si no se da, es difícil. A mí me tocó la época en que Cachorros estaba en último lugar y me llegó el momento, además de que tuve muy buena pretemporada. Creo que pronto va a salir el próximo, hay mucho talento porque ha pasado mucho tiempo, tiene que haber alguien más, no nada más uno.
¿A qué te dedicas y qué tan ligado sigues al beisbol, después de llevar a la Liga Municipal de Ensenada a la final estatal como manager en 2017?
Tengo dos años fuera del beisbol. He jugado softbol y últimamente estoy en la segunda fuerza de la Liga de Maneadero. (Y en lo laboral) aquí mismo trabajo en un rancho de donde exportamos flores a Estados Unidos.
¿Cómo has enfrentado la pausa por el brote de COVID-19?
-Es algo que no esperaba nadie, todos estamos parados y desesperados, pero hay que trabajar y no podemos quedarnos sentados. Hay que seguir y esperar que pase este problema.