APUNTES PERDIDOS
APUNTES PERDIDOS
Por Marco Antonio Domínguez Niebla
Sumas y mermas
Yo ya no sé nada. Menos lo entiendo. Y es que me aburrí, bostecé, lagrimeé, en espera de mendigar unas cuantas emociones finalmente ausentes. Un suplicio. Por los de casa, ataques a cuenta gotas culminados por un foráneo con etiqueta de goleador recién llegado, tan errático como el resto del plantel que apenas suma 10 goles en 12 juegos. Y los de fuera por el estilo, con 12 tantos en 13 partidos y una sola opción verdaderamente clara pero errada por uno de sus centrales en la línea de gol rival. Sí, su central. Tampoco esperaba el Manchester City de Guardiola contra el Leeds de Bielsa finalizado horas antes con llegadas constantes a ambos arcos, y como dijo el célebre técnico argentino al final del encuentro de la Premier League frente a la generosidad de las dos partes en pro del espectáculo, y el hambre de todos en pos de los tres puntos: “Pudimos perder tanto como pudimos ganar”. Pero volvamos a nuestra realidad y resumamos: noventa y tantos minutos de ires y venires sobre las zonas intrascendentes de la grama sintética entre dos de los aspirantes a la nueva liguilla, la de los 12 clasificados entre los 18 competidores. Culminado el trayecto, pesaroso de seguir frente al televisor -con el inevitable zapping para hallar algún sobresalto en el canal vecino donde comparten la postemporada del beisbol de Grandes Ligas-, es turno de los técnicos. Por el equipo más querido del futbol mexicano, el entrenador más respetado del medio, Vuce, el ejemplo del ganador, el de los resultados firmes y los títulos levantados sean cuales sean los colores de las camisetas, un tipo de esos de los que uno espera sinceridad, autocrítica. Y de repente su discurso: “El esfuerzo hay que agradecerlo a los jugadores, la postura del plantel fue insistir hacia el frente, tuvimos muy buenas oportunidades. La calificación es una prioridad, jugar bien o jugar mal dependerá de quién lo vea y cómo lo vea. Vamos por un camino correcto y ya buscaremos otras alternativas”. Trato de entender la paciencia del llamado Rey Midas con su rebaño, las justificaciones frente a lo evidente. Y momentos después las cámaras, las preguntas virtuales dirigidas al estratega revelación de los caninos -como les dicen por ahí-, Guede, el del relato directo, el del traje a la moda y el calzado estridente, última esperanza de vivir alguna emoción al menos cercana a la que él mismo protagonizó durante el medio tiempo -la más llamativa de toda la noche futbolera en la frontera mexicana- cuando se hizo de palabras y hasta empujones con el cuerpo técnico rival, ya en la sala de prensa y el micrófono frente a él. Sin embargo, nada novedoso: “El partido fue muy parejo, tuvimos una de las opciones más claras, si no es que varias, y me voy contento con el trabajo que hicieron los chicos. Me quedo con nuestro mejor partido, el de mejor salida jugando desde atrás. Me gustó cómo jugó el equipo, porque creo que todas las pelotas las jugamos con sentido, atacamos cuando teníamos que atacar, nos defendimos de la manera que nos teníamos que defender y eso nos servirá para seguir creciendo”. Reitero lo dicho al principio de este texto: vi otra cosa de la que vieron los que saben. Eso sí, ni ellos ni yo vimos goles. Pero ellos sumaron un punto. Yo resté hora y media de mi domingo por la noche.