BEISBOL SIN FRONTERAS

Por Armando Esquivel

“MIGAJAS”

¿Hasta cuándo seguiremos comprando espejitos?

El domingo y el lunes Diablos Rojos armó una magna fiesta beisbolera en la que enfrentaron a Yankees de Nueva York en duelos de preparación que acapararon reflectores en el deporte nacional.

Desde semanas antes la directiva “escarlata” hizo el anuncio de que a México vendría la organización más poderosa de Grandes Ligas para el par de duelos amistosos y los boletos volaron en minutos para no perderse esa visita que no se daba desde 1968.

El domingo la fiesta fue de lujo con invitados especiales como Mariano Rivera que lanzó la primera bola; personajes como Benjamín Gil, Óliver Pérez e Ismael Valdez hicieron acto de presencia por motivos laborales.

En el terreno lucieron estrellas como Robinson Canó, Arístides Aquino y Trevor Bauer con el equipo local.

El estadio lleno fue el mejor marco para la jornada que concluyó con una victoria de los “rojos” que se complicó en la última entrada.

Pero, a pesar de todo el brillo del domingo en la Ciudad de México, el gran ausente fue precisamente el invitado principal.

Quien faltó a las citas del domingo y lunes fue Yankees de Nueva York.

El equipo anunciado, los 27 veces campeones de Serie Mundial, sencillamente no hicieron acto de presencia.

Se quedaron en Florida.

Lo que nos vendieron fueron espejitos.

Migajas.

A México, no llegaron los “Bombarderos del Bronx”.

No hicieron el viaje.

Lo que vimos en el Estadio Alfredo Harp Helú fue sólo el nombre y los uniformes que portó una versión reducida y anémica de la legendaria organización.

¿Por qué lo digo?

Porque del roster de 31 jugadores que presentaron para estos duelos de exhibición sólo un puñado contaba con experiencia en Grandes Ligas.

Olvídese usted de las estrellas como Juan Soto, Aaron Judge, Anthony Rizzo, DJ LeMahieu, Gleyber Torres, Alex Verdugo, Nestor Cortés, Carlos Rodón, Marcus Stroman y Trent Grisham.

Esos nombres no hicieron el viaje.

En el diamante el domingo se presentaron Giancarlo Stanton, Anthony Volpe, Jonathan Loaisiga, Oswaldo Cabrera y los mexicanos Víctor González y Jared Serna.

Pero de ahí en fuera, un pelotón de peloteros de AAA, AA y A fueron comparsa.

¿Los Yankees nos engañaron?

No.

¿Los Diablos nos engañaron?

Tampoco.

Sencillamente fueron omisos al describir el producto que estaba a la venta.

Y los precios para la afición fueron los de un producto de lujo que nunca recibió.

Como ejemplo me referiré al futbol.

Cuando hace unos años el Barcelona viajaba a Estados Unidos para juegos amistosos los organizadores se aseguraban de que el astro argentino Lionel Messi estuviera comprometido para saltar a la cancha.

Igual con el Real Madrid, el Liverpool, el Manchester United.

Es más, hasta el América de México en sus juegos “moleros” en Estados Unidos va comprometido a presentar un plantel casi completo.

Por respeto a la afición.

Por respeto a quien compra su boleto.

Los Yankees de Nueva York y Diablos Rojos del México vendieron el nombre.

La marca.

Y llegaron a México con sólo migajas.

Espejitos.

Hoy es martes

Que le vaya bien

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