Fernando-Ribeiro-1








Por Fernando Ribeiro Cham

Imanes

Hace tiempo que en muchas partes las campañas políticas dejaron de ser ejercicios de reflexión profunda y contraste de ideas y pasaron a convertirse en concursos de popularidad. Es en ese nuevo contexto, en el que la política cambió, porque estará de acuerdo conmigo en que muchas veces el más preparado no es el más popular.

Busquemos a los populares, vayamos a la telenovela, al ring, al escenario teatral, al 10 de aquella selección que aún nos evoca recuerdos, al talk show, a donde sea.

El argumento es sencillo. Sin la popularidad, sin los votos que de ella emanan, el gobernar se ve lejano y allá en la utopía “galeanesca”, el bueno quizá inalcanzable.

El deporte mueve masas. También masas votantes. “En Cuernavaca nos bastó con que el señor Blanco dijera que golearía a la delincuencia y que la economía estaría de a diez”, se escucha en el “bunker” partidista. “Hoy con Gilberto (Alcalá), será muy parecido”, dice otro político. “Ya sé”, menciona un asistente sentado en el fondo. “Tarjeta roja a los huachicoleros y expulsión a la corrupción”, dice el encargado del discurso. Los aplausos suenan al unísono.

Por el amor a la comunidad, el deportista es capaz de “sacrificar” todo. Sabe que va a la arena del cuestionamiento y que existen limitaciones severas para salir a flote en cualquier foro o evento en el que las ideas sean el elemento principal. Piensa, en muchos casos, que repitiendo lo que dice el que es candidato a gobernador o presidente, saldrá avante. “No te salgas del plan de la pelea. Jab, jab, jab y caminas alrededor del ring. No te expongas a un golpe del rival.”

La Comisión de Deporte está en el top, encabeza la lista del tortuguismo legislativo. Pocos temas se presentan. Muy pocos se discuten. Muchos mueren congelados por la indiferencia o la no conveniencia de su aprobación.

Cuatro horas discutimos y como en cualquier mesa las propuestas son de todo tipo, las hay técnicas y viables y también rudas y sin sustento. Aparece Ana Guevara. Extraordinaria atleta, orgullo mexicano, incapaz de tener claridad respecto a su quehacer legislativo. Enarbola lo visible, la agonía y la incapacidad médica para reanimar al sistema deportivo mexicano. La lucidez para plantear soluciones desde “su trinchera” es escasa. Del “todo está mal”, al “podemos hacer esto”, no hay un puente. Presentamos las conclusiones y los organizadores nos dicen que lo plantearán con sus compañeros diputados. Omiten decirlo, por ignorancia o con dolo ventajoso, que todo lo planteado y posible, ya fue desechado por la indiferencia de su trabajo. Aplausos, gracias a todos los asistentes. Ha sido muy productivo el evento.

Toca el turno de sacar una pregunta y responderla. De perfil, como evitando un cruzado de derecha, se coloca mientras para sí mismo lee. ¿Qué pienso de la política tributaria? El tiempo corre mientras el silencio en el auditorio, escaso por cierto, se hace presente. “Diez segundos” grita el entrenador. Acá el semáforo se pone en amarillo. El silencio persiste, mientras usa “piernas” para encontrar entre las fichas la respuesta. Tiene que lanzar algo, un golpe al final del round que pueda darle un mejor criterio al juez. “Pues que si qué pienso. Pues que está de la fregada”. Fin del round.

Iniesta va a China a vender camisetas. Ronaldinho vino al Querétaro a llenar el “Corregidora”. El deportista en el atardecer de su carrera o retirado, es una imagen poderosa y codiciada. Es un recuerdo de alegría, de lucha y de eso que en el México actual escasea, heroísmo. Eso vende. Eso se compra. Eso se necesita en la elección.

Los resultados están al alcance de un click. Actor, actriz, futbolista, boxeador, comediante. Hay que ganar. Lo demás…lo vemos después.

P.d. En 14 meses como diputado local, el ahora candidato al senado, Alejandro Arregui, presentó un total de cero iniciativas, cero exhortos y cero posicionamientos en materia deportiva, es más, la comisión de deporte solo sesionó cuando se instaló y después nada. En 2 meses como diputado local, el profesor Juan Carpio ya buscó un acercamiento con los titulares del deporte en el estado y los municipios y presentó hace unos días una iniciativa para crear un fideicomiso para atletas de alto rendimiento, algo así como un CIMA estatal.

Los dos del mismo partido. Los dos con “amores” distintos por el deporte.

*El autor es Licenciado en Actividad Física y Deporte por la UABC. Fue responsable de deporte asociado en el Instituto del Deporte de Baja California. En la actualidad encabeza la coordinación de educación física en el Sistema Educativo Estatal. También preside el consejo directivo del Salón de la Fama del Deporte de Ensenada.







Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.