RÉPLICA
Por Fernando Ribeiro Cham
They might be cheating
El reportaje de ZETA es puntual, con datos, cifras, nombres. Una nota “amarillista” dicen quienes dependen de algún modo del triángulo formado por el INDE, la academia González y PROBEIS. Todo queda en familia.
Cuando se compra por arriba de los 347 mil pesos, el instituto debe abrir un proceso de licitación, proveedores que presentan propuestas de material, precio unitario, tiempo de entrega, todo ello para poder erogar el recurso que no es de un particular, sino de los contribuyentes. La justificación para comprar los uniformes, nuevos en su color, a un proveedor de Tijuana de manera directa, fue que los juegos deportivos CONADE se adelantaban, de manera significativa claro, pues ese podría ser un motivo para que los tiempos “no dieran”. Lo curioso es que ya habían decidido quien proveería de los uniformes 15 días antes de que se hiciera oficial el “significativo” cambio de fechas de la anteriormente llamada olimpiada nacional.
De la empresa que elaboró los uniformes no hay datos ni en el registro público de la propiedad y el comercio, ni en el IMSS.
El dictamen del comité de adquisiciones tiene una imprecisión enorme. El documento dice que la reunión para aprobar la adjudicación directa se dio el 24 de enero a las 10:30 am y que el elemento más importante para decidir fue la convocatoria emitida por CONADE el 05 de febrero. Así como se lee. Es como si usted pidiera ausentarse por incapacidad, 15 días antes de que se enferme. Ni el mismísimo Marty Mcfly pudo haber representado esa escena.
Ahí le van algunas preguntas que no he podido responder. Si el 24 de enero sesionó el comité de adquisiciones y el abanderamiento para el que urgían los uniformes se llevaría a cabo el 04 de abril, acaso no hubiera habido tiempo suficiente para licitar, digo, restaban 70 días y el proveedor elegido y beneficiado se comprometió a entregar los uniformes en 30. Por qué no se abrió la licitación desde antes del 24 de enero, total ya sabían en el INDE que habría, como se ha hecho desde hace más de 15 años, un evento nacional deportivo en categorías infantiles y juveniles.
El otro tema que llama la atención es la compra por más de 400 mil pesos en suplementos alimenticios a una empresa de Tecate. También de manera directa, con el argumento de que son “’únicos” en el mercado, la dependencia estatal compró proteína en polvo, creatina monohidratada, multivitamínicos y otras sustancias de la marca Fit Soul. Lo cierto es que la fórmula no tiene nada de ‘’única” o “especial”, pues si se contrasta con otras en el mercado, se puede constatar que la diferencia pueden ser unos cuantos gramos por porción o el sabor del producto, nada que justifique una adjudicación directa.
Vamos también viendo eso de que “estos” productos garantizan el que en las pruebas de dopaje el atleta que los consuma no da positivo. Pues bien, ni consumiendo estos ni cualquiera de los otros en el mercado, se daría positivo en dopaje, pues las sustancias que las componen no aparecen en la lista de la World Antidoping Agency (WADA). De tal suerte que la garantía de no dopaje, es una verdadera excusa.
Lo último y que me parece insólito, pues no tengo antecedente de ello, es la firma del Dr. Carlos Moisés Jiménez Amaro, coordinador del área médica del CAR en Tijuana y quien avala, con firma e imagen del centro que pertenece a una institución pública, el producto de un particular.
Claro que hay pastas de dientes avaladas por algún organismo colegiado de odontólogos o cremas corporales recomendadas por asociaciones de dermatólogos, pero que un funcionario público con firma expresa e imagen de la institución pública, avale un producto de un particular, es algo que no había visto.
Asignaciones directas con tiempo más que suficiente para licitar. Reuniones en las que se presentaron documentos que venían del futuro. Productos únicos en el mundo hechos en Tecate. El INDE comprando miles y miles de pesos en suplementos que el propio INDE avala. No lo sé. Me parece raro. Muy raro. Claro, el derecho de réplica siempre está presente.